En el cuarto día de juicio contra Pablo Damián Grottini, el sospechoso de acabar con toda su descendencia, un constructor y conocido de la familia ha ofrecido un testimonio aterrador que empeora aún más la situación del supuesto asesino en serie de Ramallo.
El constructor, cercano a la familia, ha afirmado que el acusado, tras conocer la muerte de su hermano Germán, le solicitó que hiciera algo con el perro de su hermano porque ladraba demasiado.
Grottini está acusado por los fallecimientos de su hermano Germán 32, su hija Ailén 10 y su madre Teresita 61. La fiscalía cree que el sospechoso llevó a cabo un siniestro plan para acabar con las tres víctimas a través de la manipulación de sueros mientras se encontraban ingresadas por afecciones menores.
El testigo, amigo de la familia y padrino del hijo de Germán, ha relatado a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de San Nicolás que Germán era un hombre saludable y activo, deportista y distribuidor de quesos en la zona. El testigo no sabía de ninguna enfermedad preexistente que pudiera haber tenido su amigo.
El testigo también ha declarado que Germán se encontraba nervioso antes de morir y que, cuando llegó a la clínica, vio a Teresita y a Damián llorando en los pasillos. Germán estaba recibiendo RCP en su habitación y, aunque pareció recuperarse por un momento, finalmente falleció.
Tras la muerte de Germán, el acusado le pidió al testigo que se deshiciera del perro de su hermano porque no lo dejaba dormir. El testigo ha afirmado que, días después de la muerte de Germán, vio a Grottini con una jeringa en el bolsillo y que, posteriormente, el perro apareció muerto con espuma en la boca.
A raíz de este hecho, la fiscal le imputó a Grottini el delito de daño, además del homicidio calificado por el vínculo, la alevosía y el medio empleado en relación con Ailén y Teresita, y el homicidio calificado por la alevosía y el medio empleado en relación con Germán.