Después de una década de lucha, Anna Paula Curi encuentra un rayo de esperanza en su búsqueda de justicia Tras pasar por 12 jueces, miles de horas de audiencias y soportar la indiferencia del sistema judicial, esta valiente joven de 22 años logró que se confirmaran los procesamientos de su padre y tío, acusados de abuso sexual y corrupción de menores.
Anna Paula, quien se convirtió en la primera menor en ser querellante de su propia causa, ha tenido que recorrer un largo camino plagado de obstáculos y desilusiones. Sin embargo, no ceja en su empeño de llevar a sus acusados ante la justicia y establecer un precedente que ayude a otras víctimas a alzar su voz.
La Cámara de Apelaciones en lo Penal de Santiago del Estero confirmó los procesamientos de Raúl Alejandro Amadey y Pablo Nicolás González, padre y tío de la denunciante, respectivamente. Ambos están acusados de delitos graves, como abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y promoción y facilitación de la corrupción de menores, agravado por el vínculo en concurso real de delitos.
A pesar de que el juez de Garantías falló a favor de la solicitud de auto procesamiento, la defensa apeló y el caso se definió en segunda instancia. Afortunadamente, la querella salió victoriosa, con los votos unánimes de los camaristas Cristian Vittar, Olga Gay de Castellanos y Gabriela Núñez.
Sin embargo, la lucha de Anna Paula no ha terminado, ya que tanto su padre como su tío se encuentran en libertad gracias a un pedido de eximición de prisión. La Cámara resolvió rechazar el pedido de la querella de que sean encarcelados, lo que significa que posiblemente lleguen a juicio en libertad.
Este caso ha puesto en evidencia la existencia de connivencia y corrupción dentro del Poder Judicial, según denuncia Anna Paula. Ella y su madre, Moira Curi, esperan que los acusados sean condenados y encarcelados, no solo para obtener justicia en su caso, sino también para enviar un mensaje claro de que este tipo de comportamiento no será tolerado.
La historia de Anna Paula Curi es una muestra triste y alarmante de los desafíos a los que se enfrentan las víctimas de abuso sexual en su búsqueda de justicia. A pesar de los obstáculos y la indiferencia del sistema, Anna Paula sigue adelante, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y esperanza para todas las víctimas que buscan justicia en un mundo a menudo indiferente.