Increíble pero cierto Durante el reciente proceso electoral en México, 16 candidatos a la presidencia municipal perdieron la vida en un total de 12 estados. La situación alcanzó niveles alarmantes y sin precedentes En la mayoría de los casos, las víctimas eran opositores a los partidos que finalmente ganaron las elecciones.
En el municipio de El Mante, Tamaulipas, Noé Ramos Ferretiz, candidato del PAN, fue brutalmente asesinado a cuchilladas en pleno día. Su esposa, Sheyla Palacios, valientemente decidió continuar con la candidatura. Sin embargo, a pesar del trágico suceso, la coalición Morena-PT-PVEM se impuso con el 53% de los votos.
En Coyuca de Benítez, Guerrero, José Alfredo Cabrera, candidato del PRI-PAN-PRD, fue víctima de un atentado durante su cierre de campaña. Su esposa, Wendolín Solís, asumió el cargo, pero la victoria ya estaba asegurada para el candidato de Morena, Víctor Hugo Catalán, con el 47% de los votos.
La historia se repitió en otros estados como Chiapas, Colima, Michoacán, Guerrero y Puebla, donde los candidatos fueron asesinados y sus partidos políticos perdieron las elecciones. En algunos casos, los partidos morenistas lograron imponerse al resto de los partidos.
La pregunta que queda en el aire es: hasta cuándo seguirán ocurriendo estos trágicos eventos en México Será necesario esperar a que más vidas se pierdan antes de tomar medidas efectivas para garantizar la seguridad de los candidatos y la integridad del proceso electoral Es hora de actuar y poner fin a esta ola de violencia