Dos sospechosos tras las rejas por el atentado contra Alessandra Rojo de la Vega El juez de la Ciudad de México decreta prisión preventiva para Juan Carlos N y Juan David N, supuestos responsables del ataque a la candidata de la coalición Va por la Ciudad de México a la alcaldía Cuauhtémoc. El intento de feminicidio tuvo lugar el 11 de mayo en la colonia Peralvillo.
La captura de los sospechosos se llevó a cabo el martes pasado, luego de que el encargado de despacho de la Fiscalía General de Justicia FGJ de la Ciudad de México, Ulises Lara, informara sobre la ejecución de dos órdenes de aprehensión en su contra. Los acusados intentaron retrasar su situación jurídica solicitando al juzgador la duplicidad del término constitucional, por lo que la audiencia continúa programada para el próximo domingo.
Mientras tanto, los sospechosos cumplirán la medida cautelar de prisión preventiva justificada en el reclusorio Norte, luego de haber permanecido en el Centro Preventivo de Readaptación Social de Ecatepec, en el Estado de México.
Rojo de la Vega, sin embargo, ha mostrado su escepticismo sobre la detención de los sospechosos, asegurando que hay un plan del Estado y de Morena para encubrir el ataque en su contra. La candidata acusó que el Estado y el gobierno de la Ciudad de México pretenden revictimizarla y culparla del atentado del que fue víctima. Incluso, dudó que Juan David N fuera el autor material del ataque, ya que no coincide con la persona que aparece en el video accionando el arma de fuego.
Desde la detonación del escándalo, Rojo de la Vega ha enfrentado una campaña de difamaciones y mentiras en su contra, y ha denunciado que se le ha negado el acceso a su carpeta de investigación en dos ocasiones. La candidata aseguró que el presunto agresor huyó en Metro, pero las cámaras de seguridad no grabaron la ruta, y que los videos del C5 y de las cámaras privadas que se difundieron sobre su ataque, no están en la carpeta de investigación.
Ante esta situación, Rojo de la Vega ha declarado que el Estado y Morena siguen una ruta para desestimar el caso, dejando a sus agresores en libertad o incluso afirmando que el ataque nunca ocurrió. Una trama de encubrimiento que deja en vilo la justicia en México