La crisis humanitaria que sacude a Venezuela no escapa a los jóvenes de Mucuchíes, en el estado Mérida, quienes ven sus perspectivas de futuro reducidas y se ven obligados a emigrar en busca de mejores oportunidades. La precariedad en el sector agrícola y turístico, debido a la escasez de insumos, la deficiencia de servicios públicos y la falta de combustible, impacta de manera desproporcionada a este grupo etario.
Cientos de jóvenes merideños, entre 18 y 30 años, han abandonado el país en busca de una vida mejor, educación de calidad y la oportunidad de ayudar a sus familias. NTA conversó con Juan Marcos Pérez, un joven agricultor de Mucuchíes, quien compartió su experiencia migratoria.
Pérez, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, viajó por primera vez a Colombia en 2019, pero regresó a Venezuela en 2022, desilusionado por las condiciones laborales y el trato recibido como venezolano. Al regresar, se encontró con que las dificultades que lo llevaron a abandonar el país seguían presentes.
Decidido a buscar una vida mejor, Pérez emprendió un viaje a Estados Unidos, acompañado por dos amigos, cruzando la peligrosa selva del Darién. A pesar de no haber visto cadáveres durante el trayecto, sí encontró ropa abandonada y se enfrentó al riesgo de ahogarse al cruzar el río.
El joven migrante también relató el abuso de funcionarios y grupos delincuenciales en los países de Centroamérica, donde fueron retenidos y extorsionados por presuntos miembros de un cartel. Pérez y sus amigos entregaron el dinero que llevaban y continuaron su viaje.
Actualmente, Pérez se encuentra en México, esperando una cita para ingresar a Estados Unidos. Trabaja en una carnicería para mantenerse y pagar su alojamiento, mientras espera una oportunidad para alcanzar el sueño americano.
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