Cárcel de mujeres en Venezuela se convierte en un cementerio de mujeres vivas con un hacinamiento crítico del 185,71% El Instituto Nacional de Orientación Femenina INOF, la única prisión para mujeres en el país, se encuentra en un estado alarmante. Construido en 1962 con una capacidad para 350 reclusas, ahora alberga a 650 mujeres, lo que representa un 28% de las mujeres privadas de libertad en Venezuela.
El INOF, que alguna vez fue un modelo de prisión moderna, ahora se ha convertido en un lugar de sufrimiento y abandono. Las reclusas se enfrentan a hacinamiento, violencia, corrupción, maltratos, discriminación, humillaciones e incluso torturas. La situación es tan crítica que el Observatorio Venezolano de Prisiones OVP ha descrito el INOF como un cementerio de mujeres vivas en su más reciente informe.
Las reclusas en el INOF no solo luchan contra el hacinamiento, sino también contra las precarias condiciones de vida. No hay un servicio médico especializado, lo que significa que las mujeres deben depender de la atención de sus familiares en caso de enfermarse. La alimentación es deficiente y las reclusas reciben solo arepas sin relleno o una especie de bollos de masa amarilla. El suministro de agua potable es irregular y las reclusas a menudo tienen que pagar por camiones cisterna.
Las requisas corporales son descritas como denigrantes y humillantes por las propias reclusas. Además, las presas políticas son castigadas con frecuencia y se les niegan los derechos más básicos, como ver a sus hijos o ser trasladadas a centros asistenciales.
El INOF también alberga a 23 niños que viven junto a sus madres. Sin embargo, los espacios no están adecuados a sus requerimientos y los expertos advierten que la exposición a situaciones de encierro puede afectar su correcto desarrollo.
El Observatorio Venezolano de Prisiones OVP ha presentado al menos 10 recomendaciones para mejorar las condiciones en el INOF, incluyendo la implementación de políticas específicas para las necesidades del género femenino, garantizar la protección de la integridad física y emocional de la población penal, y mejorar las condiciones de reclusión, asegurando una alimentación suficiente y de buena calidad.
La situación en el INOF es una vergüenza para el sistema penitenciario de Venezuela y es urgente que se tomen medidas para mejorar las condiciones y garantizar los derechos humanos de las reclusas. No podemos permitir que nuestras mujeres sigan siendo tratadas como si estuvieran en un cementerio de mujeres vivas