Hace ya seis años, una joven mochilera británica de 21 años, Grace Millane, desembarcó en Auckland, Nueva Zelanda, con el sueño de explorar y vivir al máximo su aventura en el país insular del suroeste del Océano Pacífico. Sin embargo, su trágica desaparición y muerte a manos de un individuo condenable truncaron su viaje.
El 1 de diciembre de 2018, Grace se reunió con Jesse Kempson, un hombre de 26 años que conoció a través de Tinder. Kempson, descrito como de complexión robusta, había sido previamente acusado de agresión y, apenas ocho meses antes, había abusado sexualmente de otra turista británica. Pero Grace desconocía su oscuro pasado y confió en él como compañía para celebrar las vísperas de su cumpleaños.
La noche del 1 de diciembre, Grace y Kempson se encontraron en el exterior del edificio Sky City y visitaron varios bares, como Andy’s Burger, Mexican Cafe y Bluestone Room, donde bebieron y departieron animadamente. Sin embargo, las cámaras de seguridad captaron el momento en que Kempson revisó el bolso de Grace mientras ella se alejaba de la mesa.
Desafortunadamente, esa misma noche, Kempson asfixió a Grace hasta la muerte en su habitación del hotel CityLife, donde vivía. Tras cometer el crimen, intentó deshacerse del cuerpo utilizando productos químicos y escondiéndolo en una maleta, que luego enterró en los bosques de Waitakere.
La ausencia de comunicación de Grace en su cumpleaños desató las alarmas entre sus seres queridos, y casi una semana después de reportada su desaparición, su cuerpo fue encontrado en la maleta en la zona boscosa. Kempson fue arrestado y declarado culpable de asesinato, recibiendo una sentencia de cadena perpetua con un mínimo de 17 años de cárcel.
El doloroso veredicto judicial llevó a los padres de Grace, David y Gillian Millane, a emitir un comunicado: Grace fue arrebatada de nuestras vidas de la manera más brutal hace un año, y nuestras vidas se han desmoronado... Era nuestra luz y la extrañaremos para siempre. La entonces primera ministra Jacinda Ardern también se disculpó con la familia en nombre de Nueva Zelanda, expresando: Grace debió haber estado a salvo aquí, y no lo estuvo. Lo lamento.
Tres años después del juicio, Gillian Millane concedió una entrevista a la BBC, donde lamentó la pérdida de su hija y el futuro que le fue arrebatado: Grace tenía un futuro tan brillante y se lo quitaron a ella y a nosotros... Nunca veré a Grace en un vestido de novia o veré a los nietos. Esta es una cadena perpetua que tengo. Esto soy yo hasta el día que me muera. Pero hay una luz y la encontré. Tienes que encontrar esa fuerza interior.