Justicia a la vista en el caso del asesinato de Lechuga El Juzgado de Garantías N°4 Departamental ha elevado a juicio la investigación del asesinato de Fernando Pérez Algaba, apodado Lechuga, conocido por su labor en la compra y venta de terrenos. Un total de ocho sospechosos están implicados en este crimen atroz, cada uno con un rol específico en el siniestro plan.
Lechuga mantenía relaciones comerciales con Maximiliano Ezequiel Pilepich y Nahuel Sebastián Vargas, quienes se cree que son los autores materiales de este homicidio triplemente agravado por placer y codicia, premeditado por la participación de varias personas y por el uso de arma de fuego. Flavia Bomrad, Luis Contreras, Matías Gil, Horacio Mariano Córdoba, Fernando Gastón Martín Carrizo y Gladys Noemí Cristaldo también están implicados en el crimen. Nicol Alma Chamorro, originalmente detenida en el curso de la investigación, ha sido sobreseída por falta de pruebas.
El juez de Garantías destacó la existencia de una empresa criminal previa, donde cada sospechoso desempeñaba un papel crucial en el plan para eliminar a Pérez Algaba y poner fin a sus reclamaciones financieras. Hablo de una asignación meticulosa de roles y una ejecución planificada del crimen, que incluyó el uso de tecnología y logística para deshacerse del cuerpo y los rastros del homicidio.
El crimen tuvo lugar entre la tarde del 18 y la madrugada del 19 de julio de 2023. La víctima acudió al predio Renacer en la localidad de General Rodríguez para cobrar una deuda de unos 20.000 dólares que mantenía con Pilepich. Sin embargo, en un giro trágico de los acontecimientos, Pérez Algaba fue asesinado, descuartizado y su cuerpo arrojado al arroyo El Rey.
Tras un año de investigación y varias medidas de prueba, el fiscal finalmente solicitó la elevación a juicio, que fue concedida este martes por el juez de Garantías. A pesar de los esfuerzos de los abogados defensores de los ocho sospechosos por retrasar el proceso, el juez consideró que la coautoría era aplicable y que todas las pruebas presentadas por el fiscal de instrucción eran procedentes para determinar los hechos.
La asignación de roles y sus conductas estuvieron dolosamente dirigidas a cooperar activamente antes, durante e inmediatamente después en deshacerse del cuerpo y los rastros del homicidio, aportando para ello tecnología, asesoramiento, experticia, apoyo, logística, mano de obra y movilidad, lo cual demuestra que no es una cooperación fortuita. Así lo expresó el juez en su resolución.
La justicia finalmente está en marcha en este caso impactante y lleno de giros inesperados. No te pierdas los próximos acontecimientos en este juicio que promete ser fascinante