Atención, México La siniestra historia de asesinos en serie que atacan a las mujeres en la capital mexicana no parece tener fin. El caso más reciente, el de Miguel N, el Feminicida de Iztacalco, ha dejado a seis jóvenes muertas y conmocionado a la nación. Pero, sabías que este no es el primero de su tipo en la Ciudad de México
Desde El Chalequero, un asesino en serie que mató a trabajadoras sexuales en los rincones más oscuros de la urbe, hasta El Monstruo de Ecatepec, un par de caníbales que devoraron a sus víctimas después de abusar de ellas, la capital mexicana ha sido testigo de algunos de los crímenes más horrendos y aterradores de los últimos tiempos.
Pero, quiénes son estos monstruos Cómo operan Y qué tipo de personas se convierten en asesinos en serie En esta nota, profundizaremos en la mente retorcida de estos criminales y descubriremos los detalles más impactantes de sus crímenes.
Un feminicida serial es un término que se utiliza para describir a aquellos asesinos en serie que han matado al menos tres veces, dejando un periodo de tiempo entre cada homicidio. Estos asesinos continúan con sus actividades cotidianas en los intervalos entre cada crimen, manteniendo un estilo de vida aparentemente normal. Sin embargo, muestran un patrón de comportamiento para matar, desde la motivación y la planificación, hasta las acciones que emprenden después de haber cometido el feminicidio.
En los siguientes párrafos, presentaremos un recuento de algunos de los casos más comentados de asesinos en serie en la Ciudad de México.
Miguel N, el Feminicida de Iztacalco
Tras el feminicidio de una joven de 17 años en Iztacalco y la detención de su presunto agresor, las autoridades informaron que hallaron elementos suficientes para presumir la existencia de un feminicida serial que estaría relacionado con al menos seis muertes. En cateos realizados en el domicilio de Miguel N se encontraron indicios que datan de los años 2012, 2018 y 2019. Se ha notificado a los familiares de las posibles víctimas sobre el resultado de los exámenes practicados a los restos humanos.
El Chalequero
Aunque dijo haber asesinado a seis mujeres, se contabilizaron al menos veinte en el caso de Francisco Guerrero, apodado El Chalequero. Guerrero contrataba los servicios de sus víctimas y después del acto sexual, las llevaba hasta una cueva ubicada cerca del Río Consulado, para matarlas atravesándoles un cuchillo en la garganta. Cuando fue arrestado, se le condenó no sólo por delitos de homicidio, sino por violaciones y robos de prendas, las cuales conservaba como insignias de sus crímenes.
El Estrangulador de Tacuba
Cuatro mujeres murieron en manos de Gregorio Cárdenas, tres de ellas trabajadoras sexuales y menores de edad. La última, de 21 años, fue víctima de El estrangulador de Tacuba en un ataque de celos, después de haberlo rechazado sentimentalmente. Aparentemente por padecimientos neurológicos y un infundado odio hacia las mujeres, Cárdenas salía en busca de sexoservidoras para estrangularlas y enterrarlas en su jardín después de mantener relaciones sexuales con ellas.
El Caníbal de la Guerrero
Acusado de tres homicidios y de actos de canibalismo, fue detenido en la colonia Guerrero de la capital mexicana José Luis Calva Zepeda, apodado como El Caníbal de la Guerrero. Aunque el hombre afirmó no haber comido la carne de sus víctimas, sino solamente guisarla para dársela a los perros, fue acusado de prácticas caníbales por el hallazgo de carne humana almacenada en el refrigerador y frita en una sartén y en un plato con cubiertos.
La Mataviejitas
Por su relación con una serie de asesinatos en contra de adultas mayores, Juana Barraza fue detenida en enero del 2006 con el sustento de varios retratos hablados de una mujer corpulenta de cabello corto que robaba y asesinaba a mujeres de la tercera edad. Sin embargo, en varias entrevistas Barraza ha afirmado que su arresto se trata de un error y que fue detenida bajo amenazas.
En medio de una vida de violencias, abusos sexuales y carencias, para sostener económicamente a su familia, La mataviejitas comenzó a perpetrar delitos de robo en distintas modalidades. Con una vestimenta de enfermera, aprovechaba para ganarse la confianza de los adultos mayores e ingresar a sus viviendas para despojarlos de sus pertenencias. Los asesinatos que se convirtieron en parte de su estrategia de robo le valieron 759 años de sentencia que cumple en el penal de Santa Marta Acatitla desde el 2006.
El Coqueto
Ocho violaciones y siete asesinatos de mujeres entre los 17 y 34 años residentes de la zona metropolitana condenaron a 296 años de prisión a César Armando Librado Legorreta, quien trabajaba como chofer de transporte público en el Estado de México, lugar en donde abusaba sexualmente de sus víctimas para luego asesinarlas.
La primera de sus víctimas, única sobreviviente al ataque, fue quien lo denunció y alertó a las autoridades para llevarlas hasta su detención. Después de ser catalogado en el 2014 como un criminal peligroso, fue trasladado del penal de Barrientos al Centro Preventivo y de Readaptación Social Otumba Tepachico, donde permanece actualmente.
El Monstruo de Ecatepec
En complicidad con su pareja, Juan Carlos Hernández cometió el asesinato de al menos 20 mujeres, de las cuales abusó sexualmente y descuartizó para ingerir la carne humana. Además, vendió los restos óseos a santeros. Su pareja, Patricia Martínez, con quien fue detenido en el 2018 mientras transportaban restos humanos en un carro de bebé, era quien, mediante el ofrecimiento de productos, se acercaba a las víctimas para después llevarlas hasta su domicilio donde cometerían el crimen.
Actualmente, ambos se encuentran recluidos en el penal de Chiconautla con diez condenas en su contra, nueve de ellas por feminicidio.
En conclusión, la historia de asesinos en serie en la Ciudad de México es una realidad aterradora que ha dejado a varias familias en luto y a la sociedad en shock. Es importante estar informados y tomar medidas de precaución para evitar ser víctimas de estos criminales. Además, es necesario que las autoridades continúen investigando y persiguiendo a estos asesinos para que enfrenten la justicia que merecen.