Cerremos las puertas a la explotación de nuestro dolor Ésta es la arenga de Patricia Ramírez, la valiente madre de Gabriel Cruz, el pequeño de tan solo ocho años que perdió la vida a manos de la sanguinaria asesina Ana Julia Quezada. Y es que, horror de los horrores, se avecina el estreno de un documental sobre el caso que contaría con el testimonio de la propia asesina, grabado en la prisión de Brieva donde cumple su condena.
Unas 700 almas, según las estimaciones de la Policía Nacional, se unieron a la causa de Patricia en una conmovedora concentración celebrada en Almería. La cita tuvo lugar en el espacio de La Ballena, junto a la playa de las Almadrabillas, donde se encuentra una placa en memoria del pescaíto que rinde homenaje a Gabriel. La marcha previa, que partió desde la Puerta de Purchena, estuvo marcada por lemas como Nuestros peces no se venden o No es una serie, es nuestra vida.
Patricia, que agradeció el apoyo de toda la marea de buena gente, ha denunciado las irregularidades en el interior de la prisión, donde, según sus fuentes, Ana Julia Quezada tendría acceso a un teléfono móvil para grabar imágenes y audios con la complicidad de algunos funcionarios. Qué escándalo
La madre de Gabriel ha mostrado su rechazo a que la imagen de su hijo sea utilizada para lucrarse y ha pedido a las instituciones que se coordinen para paralizar la producción de este documental. Patricia, que ha insistido en que su hijo no es un objeto de venta o mercadeo, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de los medios de comunicación y ha pedido que se respete el dolor de las víctimas y sus familias.
En definitiva, basta ya de explotar el dolor ajeno para entretener a las masas Exigimos respeto y sensibilidad hacia las víctimas y sus familias. No a la explotación de nuestro dolor