Escandalosos diálogos del ministro religioso acusado de vejaciones: Debes visitarme sin acompañante

Inaudito Carlos Alberto Robledo, el pastor evangélico detenido por abusar de trece mujeres asistentes a su iglesia en Villa Tesei, no deja de sorprendernos. Ahora, se han revelado conversaciones aberrantes entre el religioso y sus víctimas, que socavan aún más su ética y moral.

La fiscal Marisa Monti y la jueza de garantías Laura Pinta investigan a Robledo por abuso sexual agravado en 66 ocasiones, aunque se sospecha que hay más hechos no denunciados.

En los mensajes, Robledo manipula psicológicamente a las jóvenes, pidiéndoles que asistan o se vayan solas del Ministerio de Salvación, el templo que dirigía. En el primer piso de este edificio, se cree que ocurrieron los abusos.

La detención de Robledo comenzó el año pasado cuando una joven se presentó a denunciar que los abusos habían comenzado cuando ella era menor de edad. Posteriormente, doce chicas más se acercaron a denunciar hechos similares.

Los chats fueron cruciales para ordenar la detención de Robledo y confirmar su manipulación psicológica sobre las chicas. En ellos, el pastor les escribe frases como el sábado estabas mal en la iglesia y yo tenía muchas ganas de hacerte upa.

Robledo también aprovechaba los chats para indicar cómo operaba con respecto a los abusos, como cuando le dijo a una víctima: Mañana le vas a decir a tu mamá que te traiga hasta Morón y te venís, luego te llevo yo hasta tu casa. Así entendemos bien lo que decimos.

Además, en otra oportunidad, Robledo le envió a una víctima un documento sobre la interrupción del embarazo con medicamentos, un elemento que, para la investigación, indica otra señal de abuso.

En el barrio, el pastor era conocido como Tino y generaba temor y un fuerte dominio sobre las jóvenes a las cuales atacaba. Se cree que los abusos ocurrieron entre 2020 y 2022.

El edificio donde operaba el Ministerio de Salvación fue allanado por la DDI de Morón, y se secuestraron dispositivos electrónicos, como computadoras y cámaras de fotos, junto a las alcancías que se utilizaban para los diezmos. La historia continúa