Una red internacional dedicada a la difusión de material de explotación sexual infantil ha sido desmantelada en Argentina, gracias a una alerta emitida por una organización estadounidense que lucha por la integridad de los menores. La red, que operaba a través de la aplicación Telegram, contaba con más de 1500 archivos multimedia de contenido aberrante.
La investigación comenzó cuando el National Center for Missing Exploited Children informó a la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°8 de Berazategui sobre la existencia de esta red criminal. El fiscal Daniel Ichazo solicitó la intervención del Departamento Delitos Tecnológicos Complejos e Investigaciones Especiales de la Policía de la Ciudad.
Como resultado de la investigación, se realizaron varios operativos en diferentes puntos del país. Un sospechoso de 61 años fue detenido en Berazategui, y se le incautaron 58 casetes de video, 20 CDs, 8 cintas de VHS, 14 celulares, cuatro tablets, dos cámaras de fotos, una notebook, un CPU, pendrives y tarjetas de memoria, entre otros. El individuo fue imputado por los delitos de tenencia con fines de distribución y distribución de representaciones de las partes genitales, de personas menores de 13 y 18 años, catalogado como material de abuso sexual infantil, concursado realmente entre sí.
En un operativo paralelo, la Policía detuvo a un hombre de 43 años en Quilmes. Se le incautó un celular, tres discos rígidos, una nootebook y otros elementos de interés. La detención se llevó a cabo tras una identificación de IP, ya que desde esa dirección se estaba traficando material pornográfico.
Además, se realizaron allanamientos en las provincias de La Pampa y Tucumán, donde se incautaron diferentes dispositivos electrónicos. Mientras se llevaban a cabo estos procedimientos en Argentina, también se efectuaron operativos en Hungría, Australia, Canadá, EEUU y Filipinas.
Este desmantelamiento de una red internacional de pedofilia demuestra el compromiso de Argentina en la lucha contra la explotación sexual infantil y la importancia de la colaboración internacional en la persecución de estos delitos aberrantes. Sin embargo, queda claro que aún queda mucho por hacer para acabar con esta terrible forma de abuso y explotación.