El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, víctima de tortura y drogas El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, revela los brutales hechos sufridos por su compañero.
El lamentable suceso se remonta al hallazgo de monseñor Rangel Mendoza en el Hospital General de Cuernavaca, donde se encontraba sumamente enfermo. Tras ser trasladado, aún no ha logrado recuperarse por completo de la sustancia desconocida que le fue administrada.
González Hernández condena enérgicamente estos actos, afirmando que no se puede denigrar a nadie, ya que vulnera gravemente los derechos humanos. La iglesia, unida en oración por la pronta recuperación de Rangel Mendoza, exige a los tres niveles de gobierno una rápida esclarecimiento de los hechos.
A pesar de las difíciles condiciones de salud, González Hernández ha logrado comunicarse brevemente con el obispo emérito, quien ha expresado su disposición a declarar una vez recupere su salud. Rangel Mendoza ha declarado previamente que se encontraba amenazado, pero sin mostrar temor alguno.
Sin embargo, el actual estado de salud del obispo emérito y el escarnio al que ha sido sometido, lo ha dejado amolado, según palabras de González Hernández. No descarta que se trate de una venganza, ya que su compañero fue tratado como si intentaran borrarlo del mapa.
El obispo emérito presenta moretones y evidencias de tortura, además de no haberse recuperado de la sustancia que le fue suministrada. La iglesia, por su parte, se mantiene expectante, evitando generar conjeturas y aguardando los resultados de las investigaciones oficiales.
Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha respondido con un llamado a amor y paz, rechazando cualquier intento de confrontación. Una noticia que enluta a la comunidad religiosa y que deja en evidencia la necesidad de justicia y respeto a los derechos humanos