
La desconfianza inherente de los checos hacia las autoridades ha encontrado una respuesta natural en la adopción de Bitcoin. A diferencia de otras instituciones, Bitcoin no es impuesto por el Estado, sino que es adoptado por individuos y comunidades que comparten valores cypherpunk. Esta tendencia quedó confirmada en la tercera edición de BTC Prague, uno de los eventos más importantes de Bitcoin en Europa, celebrado los días 19, 20 y 21 de junio.
El programa de la conferencia estuvo lleno de discursos que destacaban la dicotomía entre los principios cypherpunk y la adopción institucional de Bitcoin. Uno de los debates más llamativos fue el titulado Cypherpunks vs. Instituciones: a quién pertenece el futuro de Bitcoin, en el que Francis Pouliot y John Carvalho defendieron el autocustodia de Bitcoin frente a opciones como los ETF o las acciones en Strategy. Otras charlas, como la de Reyna Chicas sobre el control de la narrativa educativa, y Practicando Cypherpunk, con el fundador de Paralelna Polis, Juraj Bednár, también subrayaron la filosofía cypherpunk que impregna a la comunidad bitcoiner.
A pesar del creciente interés institucional, con compras por parte de Wall Street y Estados-nación, los principios cypherpunk siguen estando presentes en la comunidad bitcoiner. Bitcoin se concibió como un activo cypherpunk, descentralizado y no controlable, y sigue siendo percibido como tal por muchos de sus defensores.
Al mismo tiempo, las nuevas narrativas corporativas también tuvieron su espacio en la conferencia. Alexandre Laizet y Yves Choueifaty, CEO de Tobam, presentaron proyectos de tesorería corporativa y analizaron la posibilidad de que, en el futuro, los grandes acumuladores de bitcoin terminen por dictar la política monetaria.
Michael Saylor, CEO de MicroStrategy, fue recibido con ovaciones por el público, aunque la ovación más grande la tuvo Jack Mallers, CEO de Strike. Su charla, en la que habló de la violación moral que representa el fíat y del futuro económico de las generaciones futuras, fue recibida con gran interés y emoción.
La historia de la República Checa, marcada por la ocupación nazi y soviética, ha dejado una profunda desconfianza hacia las autoridades en su población. Esto, junto a una participación electoral inferior al 40%, una gran desconfianza en los medios de comunicación y una tendencia al ateísmo, ha hecho que el país se convierta en uno de los más fértiles para la adopción de Bitcoin.
Desde 2010, Chequia ha sido testigo de importantes avances en la industria de Bitcoin, como la creación del primer pool de minería, la primera hardware wallet y, ahora, del primer elemento seguro de fuente abierta. Además, la aceptación de Bitcoin en el país asciende ya a más de 1000 negocios según BTCmap.
A diferencia de otras conferencias, donde el dólar ha intentado imponer su hegemonía a través de las stablecoins, en BTC Prague se sintió el espíritu cypherpunk que caracteriza la comunidad bitcoiner. Bitcoin tiene guardianes en la República Checa, y cada vez son más los que adoptan esta filosofía como propia.
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