
Juana Hilda González Lomelí fue liberada durante la noche del 11 de junio, luego de pasar 19 años en prisión por su presunta participación en el secuestro de Hugo Alberto Wallace Miranda. Su condena de 78 años fue anulada debido a las violaciones a sus derechos durante el proceso, incluyendo la obtención de su declaración bajo tortura y amenazas.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación SCJN dictaminó que las pruebas presentadas por el Ministerio Público contra Juana Hilda eran insuficientes y que sus confesiones carecían de validez. Sin embargo, varias personas continúan encarceladas por este caso.
El caso Wallace salió a la luz en 2006, cuando María Isabel Miranda de Wallace denunció el secuestro y asesinato de su hijo a través de espectaculares en la Ciudad de México y Acapulco. Los anuncios incluían los rostros y nombres de los presuntos implicados, así como recompensas por información sobre ellos.
Entre los detenidos en relación con este caso se encontraban Juana Hilda, César Freyre Morales, ex policía ministerial de Morelos, Alberto Castillo Cruz y su hermano Antonio Tony Castillo, y Brenda Quevedo Cruz, quien fue acusada públicamente por Miranda de Wallace y tuvo que huir del país.
Actualmente, sólo Brenda Quevedo y Jacobo Tagle Dobín, quien fue arrestado en diciembre de 2010, no han recibido sentencia. La Defensoría Pública ha solicitado excluir las acusaciones contra los otros procesados, ya que se basan en las mismas pruebas que fueron declaradas nulas en el caso de Juana Hilda.
La SCJN ha negado un amparo a Jacobo Tagle para ser trasladado a una prisión de la Ciudad de México, y varios de los sentenciados han presentado juicios de amparo que se encuentran actualmente en suspenso.
El Instituto Federal de la Defensoría Pública IFDP ha solicitado que la reciente decisión de la SCJN de invalidar las declaraciones de Juana Hilda tenga efectos inmediatos en los demás imputados, ya que la acusación en su contra se basa en las mismas pruebas que fueron declaradas nulas.
Ricardo Raphael, periodista y columnista de MILENIO, ha expresado su repudio al uso de la tortura como método para obtener confesiones en casos criminales. Además, ha cuestionado la versión de los hechos presentada por Miranda de Wallace, afirmando que su hijo podría seguir vivo.