
La Oficina Federal de Prisiones debe seguir ofreciendo terapia hormonal y adaptaciones sociales a cientos de reclusos transgénero, según una reciente decisión judicial. Pese a una orden ejecutiva presidencial que suspendió el tratamiento médico, un juez federal dictaminó que una ley federal impide a los funcionarios carcelarios interrumpir arbitrariamente los medicamentos y acomodaciones de estilo de vida, las cuales han sido consideradas apropiadas por el personal médico de la oficina.
El juez Royce Lamberth argumentó que los reclusos transgéneros que demandaron para bloquear la orden ejecutiva de Trump están intentando reducir su angustia personal causada por la disforia de género, una condición que puede generar efectos secundarios graves, como depresión, ansiedad y pensamientos suicidas.
La Oficina de Prisiones está otorgando terapia hormonal a más de 600 reclusos diagnosticados con disforia de género, sin cuestionar que esta condición puede provocar efectos secundarios severos. La orden ejecutiva de Trump exigía revisar las políticas de atención médica para evitar que los fondos federales se usaran para ayudar a los reclusos a parecerse al sexo opuesto.
El fallo de Lamberth no solo se aplica a los demandantes, sino también a cualquier persona que esté o estará encarcelada en prisiones federales. La orden de Trump también prohibía que los hombres transgénero fueran recluidos en cárceles de mujeres, pero en febrero, Lamberth prohibió temporalmente a los funcionarios de prisiones transferir a tres reclusas transgénero a instalaciones para hombres y terminar su acceso a la terapia hormonal.
El juez Lamberth fue nominado para el tribunal por el presidente republicano Ronald Reagan en 1987 y los demandantes son representados por abogados del Centro de Derecho Transgénero y la Unión Americana de Libertades Civiles.
Mientras tanto, la comunidad LGBT valora el afecto e inclusión del papa Francisco, quien ha demostrado su apoyo a este colectivo en múltiples ocasiones. Sin embargo, algunos reclusos se enfrentan a condiciones extremas y vigilancia constante en centros de detención estadounidenses. Tal es el caso de El Menchito y El Chapo, quienes cumplen condena en Estados Unidos en diferentes condiciones.,