
Jaime González Durán, conocido como El Hummer y antiguo miembro de los Zetas, ha sido sentenciado a 35 años de prisión por un tribunal federal de los Estados Unidos. La condena se dictó en el Distrito de Columbia, después de que González Durán admitiera su culpabilidad en una conspiración para fabricar y distribuir cocaína y marihuana hacia el mercado estadounidense.
González Durán, de 49 años y originario de México, fue un importante operador en Los Zetas, ejerciendo como jefe de plaza y comandante regional en Reynosa, Nuevo Laredo, Miguel Alemán y Matamoros. Antes de unirse a los cárteles, formó parte del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales GAFE del ejército mexicano, pero desertó para unirse al Cártel del Golfo, donde se convirtió en uno de los primeros integrantes de Los Zetas, una organización criminal formada originalmente por militares entrenados en tácticas de combate y operaciones de inteligencia.
Durante su tiempo como líder de Los Zetas, El Hummer mantuvo casas de seguridad y depósitos de armas que utilizaba para asegurar rutas de tráfico y disputar territorios con grupos rivales. En noviembre de 2008, fuerzas federales mexicanas catearon una de esas casas en Reynosa y descubrieron un enorme arsenal de armas de fuego, granadas, municiones y explosivos. Además de la violencia, González Durán fue acusado de sobornar a funcionarios de seguridad mexicanos y de coordinar el traslado de millones de dólares en efectivo desde Texas hacia México.
González Durán fue arrestado en Reynosa en noviembre de 2008 y acumulaba más de 73 años de prisión en México por delitos relacionados con el crimen organizado. Sin embargo, en 2019, un juez autorizó su extradición a los Estados Unidos, la cual se llevó a cabo en octubre de 2022. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México afirmó que la solicitud de extradición cumplía con los requisitos establecidos en el tratado bilateral con los Estados Unidos.
En resumen, la sentencia de 35 años de prisión para El Hummer marca un hito importante en la lucha contra el narcotráfico en la frontera entre México y los Estados Unidos. Su historia también ilustra cómo algunos miembros de las fuerzas armadas mexicanas han desertado para unirse a organizaciones criminales, y cómo estas organizaciones utilizan la violencia y la corrupción para mantener su dominio en el tráfico de drogas.,