La Policía Nacional está investigando la fuga de cuatro solicitantes de asilo marroquíes que se encontraban en una sala de espera en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde se atienden las peticiones de protección internacional. Este incidente se produce después de que un grupo de saharauis procedentes de Marruecos, integrado por más de 70 personas, lleva algo menos de un mes en el aeropuerto madrileño esperando una respuesta a su solicitud de asilo o su retorno a su país de origen.
Algunos de los solicitantes de asilo marroquíes se han declarado en huelga de hambre en protesta por la demora en la resolución de sus casos. En enero de este año, sindicatos de la Policía Nacional denunciaron una situación similar, en la que casi 30 solicitantes de asilo de origen magrebí se fugaron de la misma sala de espera y accedieron a las pistas del aeropuerto tras romper el cristal de una de las ventanas.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que el Gobierno está en contacto permanente con ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, para estudiar cada petición de asilo de los saharauis de forma individual y tomar la decisión más adecuada en cada caso. Marlaska ha subrayado que la decisión final corresponde al Poder Judicial, que es el encargado de avalar la resolución adoptada por el Ministerio del Interior.
Actualmente, hay 115 solicitantes de asilo en el Aeropuerto de Barajas, de los cuales 73 son de nacionalidad marroquí. Sin embargo, ninguno de ellos se encuentra en huelga de hambre en este momento. Los partidos políticos Sumar y Podemos han criticado al Gobierno por no acoger a este grupo de personas, supuestamente por no querer molestar a Marruecos. Por su parte, los defensores del grupo de saharauis han denunciado casos de devoluciones de ciudadanos que serían encarcelados si son expulsados de España.,