La reciente separación entre Shakira y Gerard Piqué ha desencadenado en conflictos relacionados con la propiedad que ambos compartían como pareja, a pesar de que la casa se encuentra actualmente en venta por un precio de 14 millones de dólares. Tanto la intérprete como el exfutbolista continúan utilizando la residencia en momentos esporádicos, lo que ha generado tensiones entre ellos.
El medio español Espejo Público ha informado sobre las demandas específicas que Shakira ha impuesto al personal de la casa durante su estadía. La cantante ha solicitado que se reemplacen todos los artículos que hayan sido utilizados por la expareja y que se desechen sábanas, cojines, manteles y cubiertos para evitar cualquier contacto con objetos que hayan sido utilizados por Piqué y su nueva novia.
Esta medida podría ser una precaución para evitar problemas con la nueva pareja de Piqué, aunque también podría interpretarse como un capricho de la compositora. Shakira ha mantenido el precio de la mansión, a pesar de no vivir allí de forma permanente, ya que tras su separación se mudó con sus hijos a Estados Unidos, donde ha adquirido una nueva residencia en Miami.
Desde su salida de España, Shakira ha vuelto a ser más pública y ha retomado su carrera musical con su gira Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, que comenzará en noviembre en California. Además, como madre, sigue presente en la vida de sus hijos y se le ha visto asistiendo a partidos de fútbol y conciertos en Miami.
En resumen, la separación entre Shakira y Gerard Piqué ha generado tensiones en torno a la propiedad que compartían, y la cantante ha impuesto estrictas reglas al personal de la casa durante su estadía. A pesar de no vivir allí de forma permanente, Shakira se niega a bajar el precio de la mansión y ha vuelto a ser más pública desde su salida de España, retomando su carrera musical y cumpliendo su rol de madre en su nueva residencia en Miami.