Diez años después de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayoztinapa, el misterio sobre su paradero sigue sin resolverse. El gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto se comprometió a localizarlos, pero se cometieron irregularidades en el proceso que generaron dudas sobre la veracidad de las investigaciones.
Uno de los acontecimientos más cuestionados fue el hallazgo de una bolsa de plástico en el Río San Juan, que supuestamente contenía restos humanos de algunos de los normalistas. La diligencia se llevó a cabo sin la presencia del abogado del detenido, ni del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes GIEI, lo que llevó a los padres de los desaparecidos a desechar la llamada verdad histórica.
El exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que nunca hubo indicaciones de fabricar pruebas, pero reconoció que no se siguió el debido proceso, lo que generó sospechas sobre la veracidad de los hallazgos.
Otro punto de controversia fue el traslado del detenido Agustín García Reyes al lugar del crimen sin su representante legal, lo que violaba los procedimientos establecidos. El exjefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, quien actualmente se encuentra en Israel, se deslindó de cualquier irregularidad en el operativo.
Con el paso de los años, Zerón ha sido señalado de obstaculizar la verdad del caso Ayotzinapa, pero en el documental de MAX, se deslindó de cualquier responsabilidad en la presunta tortura a los sospechosos.
La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa sigue siendo una de las mayores incógnitas de la historia reciente de México, y a pesar de las promesas del gobierno, el misterio sigue sin resolverse.