La prueba realizada ha marcado un hito fundamental en el plan militar de los Estados Unidos, que busca contar con satélites capacitados para localizar y seguir el rastro de misiles de crucero y proyectiles en órbita terrestre baja. Resulta impresionante la precisión con la que estos satélites pueden detectar y rastrear tales lanzamientos, lo que sin duda refuerza la capacidad de respuesta del país en situaciones de amenaza. Esta prueba representa un avance significativo en la tecnología de defensa y vigilancia espacial de los Estados Unidos.