Tras los comicios regionales del domingo en Alemania, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania AfD ha experimentado un crecimiento significativo, especialmente en los estados de Turingia y Sajonia. Este auge se produce en un contexto de tensiones geopolíticas y económicas, como el conflicto en Ucrania y el encarecimiento del combustible, que están afectando a la industria alemana y a su sociedad.
El AfD, prácticamente inexistente hace una década, ha logrado aumentar su popularidad de forma exponencial, pasando del 5% en las elecciones federales de 2013 al 10% en las de 2021. Sin embargo, ha sido en los últimos 18 meses cuando su crecimiento se ha acelerado, situándose en un 23% en las encuestas actuales, incluso por encima del Partido Social Demócrata PSD. Este ascenso ha llevado al AfD a convertirse en el segundo partido más votado en Alemania, desbancando al PSD, que hasta ahora era el partido del actual canciller, Olaf Scholz.
Aunque el feudo del AfD se encuentra en el este de Alemania, también está obteniendo buenos resultados en el oeste, como en Hesse, donde logró un 16,8% en las regionales de octubre de 2022. Este crecimiento de las fuerzas radicales no es un fenómeno aislado en Europa, ya que otros países como Francia, Italia, Países Bajos y Hungría también han experimentado un auge de la extrema derecha.
Este resultado electoral ha tenido consecuencias en la coalición gobernante, formada por el Partido Social Demócrata PSD, Los Verdes y el Partido Liberal Demócrata FDP, que han sufrido un duro revés en las urnas. La posibilidad de adelantar elecciones, como ya ocurrió en Francia, podría suponer un cambio hacia el conservadurismo y el ascenso histórico del AfD.
Por otro lado, la izquierda populista también ha mostrado signos de vitalidad en estas regionales, con la Alianza Sahra Wagenknecht BSW alcanzando dos dígitos en su primera participación electoral. Ahora queda por ver si este éxito se limita al este del país o también puede extenderse al oeste, así como su postura frente a una posible convocatoria para formar gobierno.
El principal desafío al que se enfrenta el AfD es romper el cordón sanitario impuesto por el resto de partidos, lo que resulta poco probable en el corto plazo. No obstante, a medida que el partido siga creciendo y ganando influencia, será más difícil mantenerlo alejado del poder. La influencia de la extrema derecha ya está filtrándose en las grietas del conservadurismo tradicional alemán, como ocurrió durante el nazismo.
Ante este panorama, el canciller Scholz ha calificado de preocupante el éxito de la ultraderecha en las elecciones, y ha advertido de que la influencia de la extrema derecha podría estar filtrándose en las coyunturas porosas del conservadurismo clásico alemán. El futuro de la política alemana y europea podría verse afectado por el crecimiento de la extrema derecha, y queda por ver si serán capaces de detenerla en el corazón industrial de Europa.