La justicia ha permitido a los rugbistas franceses, acusados de abuso sexual, regresar a Francia bajo ciertas condiciones. Antes de su partida, deberán someterse a una evaluación psiquiátrica solicitada por la parte demandante. La audiencia se llevará a cabo este martes frente a la jueza de Garantías, Eleonora Arenas. El fiscal adjunto en lo penal, Gonzalo Nazar, ha establecido que los jugadores Hugo Auradou y Oscar Jegou deben presentarse en el consulado argentino cuando la justicia lo requiera y fijar un domicilio legal y virtual.
Los deportistas estuvieron bajo arresto domiciliario durante 48 días, con tobillera electrónica, en una residencia en Mendoza, acompañados por sus familiares. A mediados de agosto, la fiscalía decidió que ambos continuarían imputados, pero en libertad.
Tras la nueva decisión judicial, los abogados de la denunciante han presentado una solicitud de recusación contra el fiscal y la jefa de Fiscales de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Identidad Sexual, Daniela Chaler, argumentando violencia moral y falta de objetividad. Esta situación, según los letrados, pone en peligro el proceso y deja desprotegida a la denunciante.
Los rugbistas habían jugado un partido amistoso contra Los Pumas antes de su detención. Los abogados defensores han cuestionado la falta de pruebas suficientes en el dictamen de la fiscalía y han criticado que el Ministerio Público parezca centrarse solo en unos pocos audios sacados de contexto. Han señalado además que los imputados gozan de libertad, mientras que la denunciante se encuentra en un nosocomio, lo que limita el contacto con sus hijos.
Los fiscales a cargo de la investigación han justificado la liberación de los acusados al considerar que los estudios sobre su estructura psíquica fueron favorables y que no presentaron trastornos en la esfera sexual ni impulsividad. Han admitido contradicciones en el relato de la denunciante y han señalado que las pruebas obtenidas hasta el momento no justifican una prisión preventiva.
La defensa de la denunciante ha cuestionado las dudas de la justicia sobre su relato y ha pedido que el caso sea investigado con perspectiva de género. Han sostenido que la mujer se dio cuenta de que había sido violada cuando llegó a su casa y advirtió los golpes, y que durante la conversación con su amiga no había tomado dimensión de los hechos. También han señalado discrepancias entre la descripción de las lesiones físicas por parte de la denunciante y los resultados de la evaluación médica forense.