ZARAGOZA, 23 de Agosto. EUROPA PRESS - Un individuo de 38 años ha sido arrestado por su presunta implicación en varios delitos de robo con fuerza y coacción, así como por detención ilegal. La Jefatura Superior de Aragón llevaba tiempo tras su pista por su supuesta participación en el asalto a dos ancianas en sus hogares en Zaragoza. Este hombre, con un largo historial delictivo en diversas provincias, fue enviado a prisión el jueves tras comparecer ante la autoridad judicial.
La detención se produjo alrededor de las 20:00 horas del martes 20 de agosto, cuando un vecino alertó al 091 de un incidente en un domicilio de la calle Fernán González de Madrid. Los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano y de la Policía Municipal acudieron al lugar y se toparon con dos mujeres que pedían auxilio. Una de las víctimas, una mujer de 85 años, fue abordada por un hombre al entrar en su vivienda. El agresor la agarró con fuerza y le tapó la boca para forzarla a entrar. Una vez dentro, utilizó la violencia y un arma blanca para amedrentar a los residentes y robarles dinero y joyas. Los agentes lo detuvieron cuando intentaba huir por una de las ventanas.
En relación con los dos robos por los que era buscado por la Jefatura Superior de Aragón, el primero tuvo lugar el 13 de junio en la calle Manuel Lasala de Zaragoza y la víctima fue una mujer de 82 años. El segundo incidente ocurrió dos días después en la calle Idelfonso Manuel Gil, con el mismo modus operandi: el ladrón asaltó a una mujer de 84 años, sustrayéndole joyas de oro y dinero en efectivo.
El sospechoso tenía un patrón claro, que consistía en seleccionar cuidadosamente a sus víctimas, que eran mujeres de edad avanzada que vivían solas y tenían un perfil socioeconómico elevado. En algunos casos, realizaba vigilancias y seguimientos durante varios días. Su método era astuto, ya que esperaba a que las mujeres entraran en su edificio y subieran al ascensor. Mientras ellas se dirigían hacia arriba, él subía rápidamente por las escaleras para sorprenderlas en el momento en que abrían la puerta de su domicilio. Actuaba con rapidez, agarrándolas por la espalda y tapándoles la boca para evitar que gritaran. Una vez dentro de la vivienda, empleaba la intimidación y las amenazas para registrar todas las habitaciones en busca de joyas y dinero en efectivo. Curiosamente, al finalizar su registro, encerraba a las mujeres en una habitación y les pedía que contaran hasta cien. Aprovechaba ese momento para escapar con su botín.
El detenido tenía ocho detenciones previas por robos con violencia similares en Madrid, Segovia y Toledo.