El pasado sábado, durante el encuentro Arsenal-Wolverhampton que finalizó con un marcador de 2-0, el defensa colombiano Yerson Mosquera se vio involucrado en una doble agresión que pasó inadvertida para el árbitro. El internacional, quien anteriormente jugó para el Villarreal, cometió dos feos actos, el primero contra el delantero alemán Kai Havertz y el segundo contra el brasileño Gabriel Jesús.
En el primer incidente, Mosquera agarró el cuello de Havertz con fuerza, como si intentara estrangularlo, mientras este se encontraba en el suelo. Posteriormente, cuando Jesús se agachó para ajustarse una bota que se le había salido, el colombiano le metió el dedo en el trasero aprovechando la situación. A pesar de la gravedad de estas acciones, Mosquera no recibió ninguna tarjeta amarilla o roja.
Las imágenes de estos hechos se difundieron rápidamente en las redes sociales, generando sorpresa y preocupación entre los usuarios, quienes cuestionaban la falta de sanción hacia el jugador. Aunque no se conocen las razones que llevaron a Mosquera a cometer estos actos, lo cierto es que salió ileso del partido y regresó a casa sin ser amonestado.
Es importante recordar la importancia del juego limpio y el respeto hacia los demás jugadores en el fútbol. La agresión y la falta de fair-play no tienen cabida en este deporte y deben ser sancionadas en consecuencia.