En contraste con las epidemias previas, los indicios de la enfermedad resultan ser más complicados de identificar. Por ende, algunas personas pueden transmitir el contagio a otros individuos sin ser conscientes de su condición infecciosa.
Es importante resaltar que, en estos casos, la responsabilidad social juega un rol fundamental. A pesar de la dificultad para reconocer los síntomas, es necesario que las personas tomen medidas preventivas y se mantengan alerta a cualquier cambio en su salud. De esta manera, se minimizará el riesgo de propagación del virus.
Además, es crucial recordar que el distanciamiento social y el uso adecuado de cubrebocas siguen siendo herramientas efectivas para prevenir el contagio. Aun cuando los síntomas sean difíciles de detectar, debemos seguir implementando estas medidas para proteger nuestra salud y la de aquellos que nos rodean.