El 3 de agosto de 2024, las autoridades de facto del movimiento Ansar Alá hutíes tomaron el control de las instalaciones de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Saná, obligando al personal nacional a entregar sus pertenencias y documentos. La toma de la oficina es incompatible con los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas, según el Alto Comisionado.
El personal de la ONU sigue detenido, incluyendo a dos funcionarios de Acnudh que han sido retenidos desde noviembre de 2021 y agosto de 2023, respectivamente. Anteriormente, el 6 y 7 de junio, los hutíes detuvieron a 13 funcionarios de la ONU y más de 50 trabajadores de diversas organizaciones no gubernamentales y una embajada.
Acnudh ha decidido suspender las operaciones en Saná y otras zonas bajo el control de Ansarolá, pero sigue trabajando en otras partes de Yemen. El Alto Comisionado instó a los hutíes a respetar la independencia de las Naciones Unidas y crear las condiciones para que su oficina y otras agencias de la ONU puedan continuar su trabajo sin amenazas ni obstáculos.
Es importante mencionar que los hutíes han acusado a uno de los funcionarios de Acnudh de espionaje, pero el Alto Comisionado ha subrayado que todas esas afirmaciones son infundadas. En ningún momento mi Oficina se ha implicado en actividades distintas a las que están al servicio del pueblo yemení, enfatizó Turk.
Las fuerzas de Ansar Alá deben abandonar las instalaciones y devolver todos los bienes y pertenencias de inmediato, insiste el Alto Comisionado. Hasta la fecha, los reiterados llamamientos para la liberación del personal detenido han quedado sin respuesta.