La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, dirigida por Ulises Lara, ha llevado a cabo dos registros domiciliarios en las alcaldías Azcapotzalco y Cuauhtémoc, en el marco de la investigación por el feminicidio de dos jóvenes venezolanas de 19 y 20 años, cuyos cuerpos calcinados fueron descubiertos en Topilejo, Tlalpan.
Estos operativos, que tuvieron lugar en las colonias Providencia y Buenavista, contaron con la participación de personal del Ministerio Público, policía de investigación y peritos, y tenían como finalidad la búsqueda de pruebas forenses, como calzado o ropa de las víctimas, que puedan servir para esclarecer los hechos.
En el inmueble de la colonia Buenavista, las autoridades encontraron indicios relevantes para la investigación, que fueron remitidos a laboratorios especializados para su análisis. Sin embargo, en el domicilio de la alcaldía Azcapotzalco no se halló ninguna evidencia relacionada con el caso.
Gracias a los esfuerzos de investigación, se ha podido establecer la identidad de ambas víctimas, y la Fiscalía se ha puesto en contacto con sus familiares, originarios de Venezuela, para realizar los trámites de identificación y entrega de los cuerpos.
La Fiscalía de Investigación de Delitos en Materia de Trata de Personas está colaborando con la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio para agotar todas las líneas de investigación existentes.
Según información del periodista Carlos Jiménez, las dos venezolanas habrían sido asesinadas por una banda criminal conocida como Tren de Aragua, dedicada a la trata de personas en la zona de Sullivan, en la Ciudad de México.
Esta organización delictiva, vinculada a diversos delitos, estaría detrás del asesinato de las dos jóvenes, quienes supuestamente trabajaban como sexoservidoras para este grupo y adeudaban 15.000 dólares.
Como resultado de las investigaciones, las autoridades del Estado de México llevaron a cabo un operativo en Copilco, en el que rescataron a 21 migrantes de la India y uno de Vietnam que habían sido privados de su libertad en Coacalco, Estado de México.