En el pasado, las sesiones de entrenamiento y las carreras de triatlón se vieron interrumpidas en repetidas ocasiones como consecuencia de la contaminación del agua.
Es lamentable que la realización de estos eventos se haya visto comprometida debido a un problema que es perfectamente prevenible y corregible. La salud y el bienestar de los atletas deben ser una prioridad absoluta en cualquier competición, y es responsabilidad de los organizadores garantizar que todas las condiciones sean seguras y adecuadas.
La contaminación del agua no solo afecta a los triatletas, sino también a todos los demás deportistas que practican actividades acuáticas, así como a la fauna y flora locales. Es fundamental tomar medidas para abordar este problema y proteger nuestros recursos naturales.
Esperemos que en el futuro se tomen las medidas necesarias para garantizar que los entrenamientos y competiciones de triatlón puedan llevarse a cabo sin interrupciones y en un entorno saludable y seguro para todos los participantes.