La Universidad Tsinghua de China ha desarrollado una central nuclear que supone un gran avance en términos de seguridad nuclear y que podría prevenir catástrofes relacionadas con la fusión nuclear, según informa The Independent. Si no se controla adecuadamente, el sobrecalentamiento puede provocar una explosión y la liberación de radiaciones peligrosas.
La central china se distingue por su diseño innovador, conocido como reactor de lecho de bolas, que reduce el riesgo de fusión nuclear. A diferencia de los reactores más antiguos, como los de agua a presión PWR, este modelo no requiere una intervención activa para apagarse en caso de emergencia y sus sistemas de seguridad no necesitan una fuente de energía externa para hacer funcionar las bombas que hacen circular los refrigerantes.
La central utiliza pequeñas esferas de combustible de uranio enriquecido, carbono y revestimiento de carburo de silicio, suministradas por la empresa alemana SGL Group. Estas esferas, del tamaño de una bola de billar, son muy resistentes al calor y pueden soportar temperaturas de hasta 1.600°C.
El refrigerante utilizado en este reactor es gas helio, que es químicamente neutro y permanece gaseoso a cualquier temperatura. Incluso si las bombas que normalmente ayudan a mover el gas están apagadas, el calor generado por las esferas hace que el helio se mueva por el reactor.
Los investigadores chinos han probado el funcionamiento de los reactores conectándolos a una turbina de vapor de 210 MW eléctricos que moderó las reacciones nucleares y mantuvieron temperaturas seguras. El núcleo se apagó en minutos y tanto la reacción como la temperatura se estabilizaron en aproximadamente 35 horas, sin observar daño en el combustible nuclear.