La truculenta historia de asesinato y engaño que estremeció a la política argentina en plena pandemia de Covid-19 El 2 de julio de 2020, cuando el mundo entero luchaba contra el letal virus, Argentina se enfrentaba a un escándalo que sacudió los cimientos de su escena política. El exsecretario de Néstor y Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez, fue asesinado de manera brutal y su cuerpo fue enterrado en el patio de una casa en El Calafate, provincia de Santa Cruz.
El crimen de Gutiérrez no solo fue impactante por la identidad de la víctima, sino también por la forma en que fue asesinado y las circunstancias que rodearon el caso. El cuerpo de Gutiérrez fue encontrado enterrado en una casa del barrio Aeropuerto Viejo, cubierto con una sábana y presentando golpes en la cabeza y cortes en el cuello. El juez Carlos Narvarte, encargado de la investigación, concluyó rápidamente que Gutiérrez fue asesinado en su casa de Zona de Chacras y luego trasladado y enterrado en la otra vivienda.
Lo que sigue es una historia de traición, engaño y asesinato. Según la investigación, Facundo Zaeta, quien tenía una relación sentimental con Gutiérrez, convocó a otros dos jóvenes, Pedro Monzón y Facundo Gómez, para robar una importante suma de dinero que suponían que Gutiérrez guardaba en su casa. Pero las cosas salieron mal y Gutiérrez fue brutalmente asesinado.
La hipótesis de la Justicia es que Gutiérrez fue golpeado y torturado hasta la muerte por los tres jóvenes, quienes intentaron obtener información sobre el dinero. Después de una larga investigación, los tres jóvenes fueron condenados a prisión perpetua por homicidio triplemente calificado, por ser cometido con alevosía, ensañamiento y criminis causa.
Pero, quién era Fabián Gutiérrez Un hombre que había construido su fortuna y carrera junto a los Kirchner, desde la gobernación de Santa Cruz hasta la Casa Rosada, donde se desempeñó como secretario de Presidencia entre mayo de 2003 y mayo de 2005 y luego como secretario adjunto entre diciembre de 2007 y enero de 2010. Gutiérrez, que declaró como arrepentido en la causa Cuadernos, contó que conoció a los Kirchner a través de su abuela y que trabajó en la casa de Santa Cruz en Buenos Aires y luego acompañó al matrimonio presidencial en la Casa Rosada.
Con los años en las altas esferas del poder y el círculo íntimo K, Gutiérrez se hizo millonario y crecieron las sospechas sobre su patrimonio, que según la investigación por enriquecimiento ilícito iniciada en 2017 por el juez Marcelo Martínez de Giorgi, incluía unas 36 propiedades concentradas en El Calafate, Río Gallegos y Ushuaia, empresas; unos 35 autos -entre ellos varios de lujo como Porsche, Mercedes Benz y Audi-; y al menos tres embarcaciones.
En sus declaraciones como arrepentido, Gutiérrez vinculó a la expresidenta Cristina Kirchner con un esquema de recaudación ilegal. Pero esa es otra historia. La historia que nos ocupa es la de un asesinato brutal y la traición de aquellos en quienes confiaba Gutiérrez. Una historia que estremeció a Argentina en plena pandemia de Covid-19.