Increíble pero cierto Una nueva evidencia sacude el caso del asesinato del empresario Roberto Eduardo Wolfenson en Pilar. Un hallazgo genético bajo las uñas de la víctima complica aún más a la única sospechosa, su empleada doméstica, Rosalía Soledad Paniagua
El fiscal Germán Camafreita confirmó el descubrimiento de rastros de ADN de la empleada en la escena del crimen. Esto refuerza la teoría del juez de garantías Nicolás Ceballos de que Paniagua es la autora del robo calificado por el uso de arma utilizada en forma impropia en concurso real con homicidio criminis causae Es decir, la empleada habría matado al empresario para ocultar el robo de su celular.
Los investigadores creen que Wolfenson se defendió desesperadamente, lo que habría provocado que su agresora perdiera cabellos en la escena del crimen. Además, los peritos afirman que el empresario fue asfixiado desde atrás con un hilo de pescar, y que el cuerpo presentaba arañazos, lo que indica una lucha feroz por la vida
Pero eso no es todo. La empleada doméstica fue filmada con el celular de la víctima, una prueba irrefutable de su presencia en la escena del crimen
El asesinato ocurrió el 22 de febrero, pero el cuerpo de Wolfenson fue encontrado al día siguiente por un amigo. Al principio, se pensó que había muerto por un paro cardíaco, pero la autopsia reveló la verdad: el empresario había sido asesinado
La investigación continúa, pero una cosa está clara: la empleada doméstica está cada vez más involucrada en este espeluznante crimen