
La trama siempre comienza de manera similar: un hombre, generalmente turista, de entre 30 y 40 años, entabla una conversación con una mujer joven a través de aplicaciones de citas como Tinder, Badoo o Happn. En ocasiones, el encuentro se da de forma casual en bares y nightclubs de barrios populares de Buenos Aires como Palermo o San Telmo. Lo que parece ser una noche de diversión se transforma en un escenario de crimen, incluso llegando a casos de homicidio.
Una red delictiva compuesta por múltiples eslabones está detrás de estos sucesos. Aunque la cara visible de la estafa es siempre una mujer joven, existe una organización criminal bien estructurada y synchronizec working together. Cómplices esperan fuera del domicilio, hay conductores de escape y, en algunos casos, personas que monitorean la situación a distancia.
En las noches agitadas y frenéticas de Palermo, cuando los boliches comienzan a vaciarse, chicas sin intención de pasar una noche divertida, pero si de cazar, se encuentran en la zona. Buscan hombres solos o en grupo, pero siempre bajo la influencia del alcohol, para poder aprovecharse de su vulnerabilidad.
La invitación a pasar una noche tranquila en el departamento de la víctima es el siguiente paso. Una vez allí, los cómplices de la mujer ingresan al departamento y comienza el robo. Se llevan objetos de valor como relojes, teléfonos, dinero y, en ocasiones, incluso electrodomésticos más grandes. Además, no dudan en realizar transferencias desde el celular de la víctima a cuentas bancarias o de Mercado Pago.
La droga más utilizada en estos casos es el clonazepam. Se utiliza para inmovilizar o desorientar a la víctima, mezclándola con su bebida sin que se dé cuenta. Si se combina con alcohol u otras drogas depresoras, el efecto puede ser peligrosamente potente, llegando a causar depresión respiratoria o incluso la muerte.
La investigación de estos casos comienza después de la denuncia. Se analizan cámaras de seguridad en la zona, buscando pistas que permitan identificar a los responsables. Se rastrea su movimiento, desde su llegada al lugar hasta el momento en que cometen el delito. Se revisan transferencias bancarias, compras con tarjetas y viajes en Uber, con el fin de recabar pruebas que permitan identificar y localizar a los sospechosos.
En lo que va del año, se han registrado alrededor de 35 hechos en la Ciudad de Buenos Aires, de los cuales cinco terminaron en homicidio. Sin embargo, se cree que muchos casos no se denuncian, debido a la vergüenza o el temor de las víctimas de ser juzgadas.
Para prevenir estos delitos, se recomienda tener encuentros en lugares públicos, evitar llevar a casa a personas desconocidas y no perder de vista las bebidas en bares o durante encuentros sociales. Además, se insta a denunciar cualquier situación sospechosa.,