
Durante las vacaciones, es fundamental mantener una adecuada rutina de cuidado de la piel, debido a los cambios en la alimentación, la exposición al sol y el contacto con agua salada o cloro. La hidratación es clave para su buen estado, tanto por el consumo de cremas como por la ingesta de alimentos y bebidas saludables.
La profesora Liliana Rojas Muñoz, de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, señala que cada tipo de piel tiene distintas necesidades: los niños, debido a su mayor porcentaje de agua corporal, y los adultos mayores, por la pérdida de estrógenos, requieren cuidados especiales.
Para preparar la piel antes de la exposición solar, se sugiere beber al menos dos litros de agua al día, incorporar batidos verdes y té a la dieta, y comer alimentos ricos en betacarotenos como zanahoria y espinaca. Estas prácticas refuerzan la barrera cutánea y favorecen un bronceado uniforme y saludable.
El protector solar con factor de protección 50 o superior, una crema hidratante adecuada y la ingesta constante de antioxidantes y jugos son los imprescindibles para una rutina de cuidado integral. Además, el cabello también necesita atención especial, ya que puede dañarse por la sal del mar o el cloro de la piscina.
Después de nadar, enjuaga el cabello con agua alcalina para quitar los restos de sal y cloro, y aplica una terapia hidratante sencilla. Evita el consumo de agua de tubería o jugos naturales de origen dudoso, y opta por alimentos cocinados si tienes dudas sobre la higiene del lugar.
Si se ignora esta rutina de cuidado, pueden aparecer quemaduras, manchas y resequedad en la piel, o daños capilares difíciles de revertir. La clave para unas vacaciones saludables y una piel protegida está en una adecuada hidratación interna, protección solar, atención al cabello e higiene.,