
El FC Porto no ha podido superar la fase de grupos en el Mundial de Clubes, a pesar de haber sido colocado en el grupo A, considerado como el más asequible, junto a Palmeiras, Inter Miami y Al Ahly. El equipo portugués, que había despertado muchas expectativas, ha decepcionado tanto a sus seguidores que, a su regreso a casa, los aficionados más radicales les han recibido con una petición de dimisión al presidente del club, André Villas-Boas, y al entrenador, Martín Anselmi.
Según algunos medios lusos, la policía tuvo que intervenir lanzando balas de goma para dispersar a los hinchas en el aeropuerto de la ciudad de Oporto. A pesar de empatar en su primer partido contra Palmeiras 0-0, Porto perdió ante Inter Miami 2-1 y quedó eliminado en el último partido, en el que empató a cuatro goles con Al Ahly. Este resultado no les fue suficiente para clasificarse para la siguiente ronda.
Este fracaso ha provocado una gran decepción entre los seguidores del equipo, que han expresado su enfado a través de gritos y pancartas reclamando la marcha del presidente y del entrenador. La situación se tornó violenta, obligando a la intervención de la policía local para controlar la multitud.
A su regreso de los Emiratos Árabes Unidos, los jugadores y el cuerpo técnico fueron recibidos por una multitud de hinchas en el aeropuerto de Oporto, donde los ultra radicales aprovecharon para dirigir toda su ira hacia el presidente Villas-Boas y al director técnico Anselmi. Las consignas más comunes eran Dimisión y Fuera, fuera, mientras que los más violentos incluso llegaron a agredir a los jugadores del equipo.
La policía se vio obligada a intervenir lanzando pelotas de goma para dispersar a la multitud y evitar que la situación se descontrolara aún más. Aunque el equipo pudo escapar a salvo del aeropuerto, el malestar entre la hinchada es evidente.
La eliminación del Porto en la fase de grupos significa que el Palmeiras brasileño y el Chelsea inglés serán los dos representantes que luchen por el título de este año. El Porto, por su parte, se enfrenta ahora al descontento generalizado de sus seguidores. La situación es verdaderamente preocupante para el club, que deberá hacer frente a esta crisis interna en los próximos días. Sin duda, se trata de un final de año muy amargo para el FC Porto y sus seguidores.,