
Durante varios minutos, se escuchó el sonido de cadenas arrastrándose por el suelo, intermitentemente, en la Sala de la Corte 2 del juez Trevor McFadden. Este ruido fue provocado por los abogados Frank Pérez y Eduardo Balarezo, quienes habían entrado a la zona de celdas poco antes de las 10 de la mañana. Su visita tenía un único objetivo: reunirse con Miguel Ángel Treviño Morales, también conocido como el Z-40.
Originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, Treviño Morales es conocido por su participación en actividades relacionadas con el crimen organizado y el narcotráfico. El día de la cita, lucía un mono azul de manga corta, una playera blanca y lentes de aumento. Sus brazos tatuados y su mirada fija delataban su identidad como uno de los herederos del imperio criminal de Heriberto Lazcano, famoso por su extrema violencia y brutalidad.
La sala de la corte se encontraba abarrotada, con la presencia de 6 abogados defensores, 3 fiscales, el juez y su secretaria, 2 traductoras, una decena de paralegales, estudiantes de derecho y agentes del Servicio de Marshals de los Estados Unidos. Los agentes parecían especialmente nerviosos y entraban y salían constantemente de la sala para verificar la llegada del juez.
El retraso del juez provocó que la primera audiencia del día, en la que un hombre intentaba alegar una enfermedad mental para evitar los cargos en su contra, se retrasara. Los abogados y fiscales se sorprendieron al ver la gran cantidad de personas presentes en la corte.
Cuando finalmente comenzó la audiencia de Treviño Morales, solo estaban presentes él y Alfredo Rangel Buendía, El Chicles. Faltaba Omar Treviño Morales, El-Z42, hermano de Miguel Ángel. Clark Birdsall, abogado de Omar, explicó que hubo un problema con la recalendarización de su audiencia.
Ese día, el fiscal de la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas del Departamento de Justicia confirmó que se tenían 4.9 millones de archivos como evidencia en contra de los hermanos y que habían comenzado a buscar la pena de muerte contra ellos. Sin embargo, los abogados defensores argumentaron que no habían recibido suficiente información para construir su defensa.
A pesar de la acusación de conflicto de interés por parte del juez, Eduardo Balarezo continuará representando a Miguel Ángel Treviño Morales, quien lo contrató como su abogado particular. Balarezo fue anteriormente abogado de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
La próxima comparecencia está prevista para el 14 de octubre. El caso involucra tráfico de drogas, lavado de dinero, crimen organizado y a dos de las personas más violentas de México. Los métodos de tortura utilizados por los Treviño durante su reinado al frente de Los Zetas causaron conmoción en todo el país y en el mundo.,