
La histórica y emblemática lugar conocido como El Corralito de Piedra en Cartagena de Indias, fue testigo del nacimiento de una de sus heroínas más célebres. Se trata de la subintendente Verónica Pérez Anaya, una mujer valerosa que con orgullo ha dedicado once años de su vida a la Policía Nacional de Colombia. A lo largo de su trayectoria, Verónica ha desempeñado siempre sus funciones en las calles, habiendo pasado sus primeros años en Ciudad de Cali, y más tarde regresando a su tierra natal para continuar con su importante labor.
Actualmente, Verónica es la comandante de patrulla en el CAI Socorro, un cargo que combina con su rol de madre de una niña de ocho años. La pequeña es el motor que mantiene viva a Verónica y la inspira a seguir trabajando todos los días a pesar de las dificultades. Como cualquier otra madre, Verónica desearía pasar más tiempo con su hija, quien a menudo le reclama su atención, pero sabe que su responsabilidad como policía es demasiado grande para dejarla de lado.
A lo largo de su carrera, Verónica ha logrado detener a numerosos delincuentes, encarcelándolos por delitos que van desde el hurto, el porte ilegal de armas, el tráfico de drogas y la violencia intrafamiliar, entre otros. En Cartagena, Verónica ha vivido momentos difíciles, incluyendo un embarazo de alto riesgo y la pérdida de dos de sus compañeros, el patrullero Palacios y el patrullero Guardo, con quienes compartió muchos momentos en las calles de la ciudad.
Pese a los retos y los desafíos, Verónica continúa dedicada a su noble labor, recorriendo las calles y cuidando a los ciudadanos de Cartagena. Conoce el gran sacrificio que implica dedicar su vida a la policía, pero también sabe que mientras protege a miles de personas, su hija la espera en casa con los brazos abiertos y una sonrisa que le da la fuerza para seguir adelante.,