
El pasado domingo de sol en San Antonio de Areco se vivió una jornada de alboroto por el Día de la Tradición, pero en una casa de la zona tranquila, Majo, preocupada, recibió una llamada de un remitente desconocido informándole que su hija, Lucía Mujica, había sufrido un accidente en su casa. Majo acudió rápidamente al Hospital Municipal Emilio Zerboni, donde vio a Nahuel Casco, el novio de 22 años de Lucía, con una mano enyesada. Los médicos le informaron que Lucía había llegado casi sin signos vitales y lamentablemente, minutos más tarde, murió.
La casa donde vivía la pareja en la calle Alberdi al 1000 era nueva y Lucía era conocida por ser precavida. Sin embargo, esa tarde, una garrafa explotó y el departamento se incendió. Al día siguiente, Majo se enteró de que Lucía tenía un vidrio de un ventanal clavado en su espalda y había estado desangrándose durante horas antes de que el departamento fuera incendiado intencionalmente.
La autopsia confirmó que Lucía había muerto por un paro cardiaco provocado por un traumatismo de cráneo grave y hemorragia cerebral, y que las lesiones eran compatibles con un ataque a golpes. Nahuel Casco fue detenido y acusado de homicidio agravado por el vínculo, violencia de género y ensañamiento. La fecha del juicio oral se ha reprogramado para el 12 de junio.
La investigación ha revelado que Lucía y Casco habían tenido una discusión hace unos meses, donde él le rompió el teléfono. Majo, madre de Lucía, intentó expulsarlo de la casa en ese momento, pero Lucía lo perdonó. Los investigadores creen que Lucía había decidido poner fin al vínculo y que la reacción de Casco fue asesinarla.
Lucía era una joven de 24 años que se había mudado dos meses antes del crimen. Trabajaba como encargada en una cadena de pollerías y había alquilado el departamento porque Casco no tenía dónde vivir. Majo recuerda que él siempre decía que iba a cambiar, pero ella nunca confió en él y sospecha que lo mató porque Lucía le dijo que se fuera de la casa. La justicia busca justicia para Lucía y su familia.,