El nombre de Javier Acosta, un colombiano de 36 años, ha sido trending topic en los últimos días a raíz de una triste noticia: su decisión de practicarse la eutanasia para escapar del sufrimiento causado por una bacteria que afectó sus huesos y desencadenó un cáncer en su cuerpo.
Acosta, un apasionado del fútbol y seguidor del Millonarios FC, había estado luchando contra la enfermedad durante años, lo que le impidió disfrutar de la compañía de su familia, especialmente de su hija de 11 años, María Valentina.
El punto de inflexión en su vida ocurrió hace cinco años, cuando contrajo una infección en un glúteo mientras nadaba en una piscina en Melgar. La bacteria se extendió rápidamente por su cuerpo, afectando huesos y desarrollando un cáncer de sangre. Los médicos diagnosticaron a Acosta con osteomielitis, una enfermedad que causa infecciones en los huesos.
A pesar de varias cirugías, raspados y lavados en sus huesos, la infección se volvió resistente a los tratamientos y se extendió a su sangre. Hace dos semanas, los médicos le informaron que enfrentaba la amputación de una pierna o, en el peor de los casos, la pérdida de ambas extremidades inferiores.
Ante esta situación, Acosta decidió optar por la eutanasia para evitar más sufrimiento y permitir que su hija pudiera recordarlo sin las dificultades que había atravesado.
El pasado 30 de agosto, Javier Acosta partió de este mundo en el Hospital San Ignacio de Bogotá, rodeado de sus seres queridos. Su historia ha conmovido a miles de personas en Colombia y en el mundo, y su memoria seguirá viva en el corazón de aquellos que lo conocieron y lo quisieron.
A pesar de su situación, Acosta siempre mantuvo una actitud positiva y agradecida por las pequeñas cosas de la vida. Su amor por el fútbol y por el Millonarios FC lo acompañó hasta el final, y recibió una emotiva llamada de su ídolo, Radamel Falcao, días antes de su fallecimiento.
La historia de Javier Acosta nos recuerda la importancia de apreciar la vida y a aquellos que amamos, y de luchar por nuestros sueños y pasiones, incluso en los momentos más difíciles. Descanse en paz.