El 20 de agosto, la cantante Jennifer López presentó una demanda de divorcio contra Ben Affleck, poniendo fin a su matrimonio de dos años. La pareja había estado lidiando con rumores de problemas conyugales desde hace varios meses, y los indicios de una separación se hicieron más evidentes en mayo.
La venta de su hogar y la ausencia de Affleck en el cumpleaños de López alimentaron las especulaciones sobre el estado de su relación. Sin embargo, la demanda de divorcio no se presentó hasta el 26 de abril, según López.
El juez encargado del caso es Bradley S. Phillips, quien tiene una conexión inesperada con el exnovio de López, Alex Rodríguez. Phillips está relacionado con Rodríguez a través de Strand Conover, socio y agente de WME, una empresa de talentos que representa a Rodríguez y Affleck.
Aunque algunos pueden cuestionar la imparcialidad de Phillips en este caso, él ha asegurado que su relación con Rodríguez no afectará su juicio. Aunque mi yerno conoce a todos los involucrados, puedo garantizar que no hay un conflicto de intereses y que mi juicio será imparcial, declaró Phillips.
A pesar de los rumores y especulaciones, López ha declarado que está lista para seguir adelante y concentrarse en su carrera y vida personal. Mientras tanto, Affleck no ha emitido ninguna declaración pública sobre el divorcio.