WLD es el token que se obtiene al escanear el iris a través de los orbs de Worldcoin, una iniciativa de identidad y red financiera global liderada por Sam Altman, CEO de OpenAI. Sin embargo, el token ha experimentado una fuerte caída, situándose un 85% por debajo de su precio histórico. Worldcoin busca proporcionar una identidad digital única a cada persona mediante tecnología biométrica. A través de un dispositivo llamado Orb, Worldcoin escanea el iris de los usuarios y los identifica como individuos únicos. No obstante, este proceso no está exento de polémica.
Dentro del ecosistema Worldcoin, el token WLD desempeña un papel fundamental. Se trata del activo digital nativo de la plataforma, utilizado para incentivar la participación y recompensar a los usuarios que verifiquen su identidad. Tras su lanzamiento en julio de 2023, WLD se comercializó en principales exchanges como Binance, OKX y Bitget, con un precio inicial cercano a los 2,20 dólares. Sin embargo, el precio ha experimentado una tendencia bajista desde entonces, actualmente situándose en 1,71 dólares.
La caída del precio de WLD se debe a una combinación de factores internos y externos. En cuanto a los factores internos, WLD es una criptomoneda altamente inflacionaria, con un suministro total de 10.000 millones de unidades, de las cuales solo 322 millones están actualmente en circulación. Esto podría provocar una presión bajista en el precio a medida que más tokens entren en el mercado. Además, los usuarios de Worldcoin tienden a vender sus tokens una vez recibidos, lo que también contribuye a la presión bajista.
En cuanto a los factores externos, la semana pasada se dieron a conocer datos de desempleo en los Estados Unidos mayores de lo esperado, lo que afectó a los mercados de criptomonedas. Además, una crisis financiera en Japón y la percepción de una inminente guerra entre Irán e Israel también contribuyeron a la caída de precios en el mercado de criptomonedas, incluyendo WLD.
En resumen, el token WLD de Worldcoin ha experimentado una fuerte caída de precio, situándose un 85% por debajo de su máximo histórico. Esto se debe a una combinación de factores internos, como su alta inflación y la presión bajista de los usuarios, y factores externos, como la situación económica y geopolítica mundial.