Un joven estudiante de preparatoria llamado Marcelino, de tan solo 16 años, perdió la vida después de beber una sustancia desconocida en la garita de Tijuana, Baja California, con el fin de cruzar a San Diego, California. Marcelino había salido de la preparatoria CoBachBC Siglo XXI y llevaba dos botellas de plástico que supuestamente contenían jugo de naranja.
Desafortunadamente, cuando Marcelino llegó al área de revisión, agentes de la Patrulla Fronteriza le ordenaron beber el contenido de las botellas como prueba de que no llevaba drogas líquidas. A pesar de que Marcelino aseguró que se trataba de jugo de manzana, los agentes insistieron en que bebiera la sustancia. Tras hacerlo, el joven comenzó a convulsionar y finalmente murió de un paro cardiaco.
La familia de Marcelino presentó una demanda en la que acusan a los agentes de la Patrulla Fronteriza de obligar al joven a beber una sustancia controlada de manera ilegal y con imprudente desprecio a las consecuencias. La demanda también señala que la conducta de los acusados fue intencional, escandalosa y maliciosa.
Este trágico caso no es aislado, ya que en los últimos cinco años se han registrado al menos 28 casos similares de adolescentes que intentaron cruzar la frontera cargados de drogas. Las organizaciones narcotraficantes utilizan a jóvenes desprevenidos para contrabandear drogas peligrosas, sin importar las consecuencias que esto pueda acarrear.
Es importante concientizar a los jóvenes sobre los peligros del contrabando de drogas y trabajar en la prevención de estos casos. La vida de muchos jóvenes como Marcelino está en riesgo debido a la avaricia y la falta de escrúpulos de las organizaciones narcotraficantes.