
Aunque la etapa entre Valenciennes y Dunkerque parece tailor-made para los esprinters, el Mont Cassel y el viento del norte podrían convertir esta etapa en una trampa para ciclistas en el corazón del Tour. Los ciclistas recorrerán 178,3 kilómetros en un recorrido que parece llano, pero con posibles sorpresas por el viento y la subida al Mont Cassel.
La calma en el Tour de Francia nunca es completa. Aunque la tercera etapa entre Valenciennes y Dunkerque parece hecha a la medida de los esprinters, el perfil de la ruta esconde detalles que podrían alterar el guión previsto. El viento, el desgaste acumulado y la subida al Mont Cassel, una ascensión categoría 4, podrían desequilibrar las fuerzas en el pelotón que ya llega debilitado tras dos etapas intensas.
El perfil de la etapa es predominantemente llano, con paso por poblaciones como Béthune, Aire-sur-la-Lys y Bergues, hasta llegar a la costa del Canal de la Mancha. Pero el punto que todos los equipos tienen en el radar es el Mont Cassel, una subida en el kilómetro 142,7, con solo 2,3 kilómetros de longitud pero con una pendiente del 3,8%. Este tramo podría ser el trampolín perfecto para algún ataque o para dejar atrás a los ciclistas más rezagados.
A pesar de que todo indica que se producirá un sprint masivo en Dunkerque, el viento del norte podría jugar una mala pasada y provocar abanicos en el pelotón si sopla con fuerza. Equipos como Alpecin-Deceuninck, Lidl-Trek y Soudal-Quick-Step estarán atentos para proteger a sus esprinters y, si se presenta la oportunidad, desestabilizar la carrera.
Los ciclistas que figuran como favoritos para disputar la etapa son Jasper Philipsen, Jonathan Milan y Tim Merlier, que ya han demostrado tener buenas piernas en este tipo de terrenos. También está la incógnita de Biniam Girmay, que ya mostró destellos de calidad en la primera etapa. El liderato de la clasificación general se mantendrá intacto, ya que Mathieu van der Poel defenderá el maillot amarillo y Tadej Pogacar, líder de montaña, vigilará desde atrás sin la necesidad de arriesgar.
Los ciclistas de la general intentarán pasar el día sin sobresaltos, resguardándose y preparándose para los retos que vendrán más adelante. En un Tour que ha dejado sorpresas, cada kilómetro es una oportunidad. Aunque parezca una etapa de transición, las carreteras francesas siempre esconden giros inesperados.,