
La megafiera de La Salada, ubicada en los márgenes del arroyo de Lomas de Zamora y que ocupa unas 20 hectáreas, es más que una feria informal. Se trata de una verdadera ciudad paralela que mueve millones de pesos anuales, incluso más que cualquier shopping del país. Sin embargo, detrás de este universo informal se esconden negocios ilegales, sociedades fantasmas y conexiones políticas que han mantenido en funcionamiento el negocio durante más de tres décadas.
Jorge Castillo, el Rey de La Salada, es conocido por todo el país por sus declaraciones polémicas y su perfil mediático. Sin embargo, no es el único en haber amasado una fortuna en estos 30 años desde que la feria se estableció en el sur del conurbano bonaerense. Existen otros tres empresarios que son dueños del predio junto con Castillo y que además se encuentran en disputa por el control de la feria.
Uno de ellos es Enrique Quique Antequera, administrador de los predios Urkupiña y Ocean, quién está prófugo de la Justicia Federal desde el 23 de mayo, cuando allanaron su casa y la de casi 20 personas más, todas del mismo clan familiar. Antequera es investigado por evasión y lavado de dinero en una mega causa que involucra a más de 30 mil millones de pesos en cuatro años.
El conflicto entre Castillo y Antequera se remonta a una disputa por el control de las calles alrededor del predio en Ingeniero Budge, donde Antequera habría contratado a barrabravas de Boca Juniors para intimidar al Rey de la Salada. Antequera fue condenado en 2022 por este conflicto y actualmente se encuentra en libertad.
Los otros dos empresarios involucrados en la causa son Aldo Presa y Antonio Corrillo Torrez, quienes conforman junto con Castillo la sociedad en comandita por acciones de Punta Mogote S.C.A. Ambos aprovecharon la ausencia de Castillo cuando fue detenido en 2017 para apoderarse de Punta Mogotes y administrar uno de los predios más importantes de La Salada.
La hija de Aldo Presa, Guadalupe, es también investigada por su rol en la supuesta asociación ilícita para lavar dinero a través del mega holding de su familia. Guadalupe es contadora y encargada de manejar la información contable y los balances de las múltiples sociedades que tiene la familia.
Actualmente, La Salada se encuentra cerrada y más de 30 mil personas se encuentran sin trabajo. Los trabajadores han manifestado su reclamo y cortado el Puente La Noria para exigir la reapertura de la feria. Uno de los carteles que colgaron los trabajadores dice Reabran La Salada, ya que muchos de ellos facturaban con monotributo y pagaban su alquiler mensual.
Mientras tanto, desde el Gobierno presentaron un pedido para formar una mesa interinstitucional ante el juez federal Luis Armella con el fin de que los trabajadores puedan reabrir distintas ferias y establecer un depósito fiscal que permita seguir cobrando los alquileres más allá de lo que resulte del expediente judicial. La idea es que los trabajadores puedan reanudar sus puestos de trabajo y seguir cobrando sus alquileres sin demasiadas interrupciones.,