
Hace exactamente una década, Chiara Páez, una adolescente de 14 años y embarazada de dos meses, fue asesinada a golpes por su novio, Manuel Mansilla, de 16 años. El cuerpo de Chiara fue enterrado en el patio de la casa de su abuelo en Rufino, Santa Fe. Más de 300 vecinos se unieron a los rastrillajes para encontrar a la joven desaparecida, mientras Mansilla disfrutaba de un asado con su familia a pocos metros del lugar del entierro.
Chiara tenía un embarazo no deseado por la familia de Mansilla, quienes habrían presionado a la adolescente para que abortara. Sin embargo, Chiara decidió seguir con el embarazo, lo que podría haber sido el desencadenante del crimen.
En 2017, Mansilla fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión por el femicidio de Chiara. Sin embargo, en 2021, la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe redujo la pena a 15 años, argumentando que debía aplicarse el derecho penal juvenil. La familia de Chiara presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de la Nación para revertir el fallo, pero aún no ha habido una respuesta.
La madre de Chiara, Verónica Camargo, ha pedido a la Corte que revise el fallo, no solo para lograr justicia por su hija, sino también para sentar un precedente y lograr un cambio de leyes urgente. Si no parece que solo tienen derecho los criminales y los victimarios. Chiara también tenía derecho a la vida. Y su bebé, dijo Camargo.
El cuerpo de Chiara fue encontrado en un pozo de un metro de diámetro y 88 centímetros de profundidad en el patio de la casa de su novio. Mansilla le cortó el cuello y la golpeó brutalmente hasta matarla. A pesar de que varios vecinos declararon haber escuchado a Chiara gritar, la familia de Mansilla no pareció advertir nada.
La familia de Mansilla fue absuelta de todo cargo, lo que ha generado críticas y cuestionamientos sobre la justicia en el caso. Nosotros consideramos que los adultos también fueron parte, pero hubo jueces que se encargaron de desestimar todas las pruebas que se presentaron para dejarlos libres, dijo Camargo.
El femicidio de Chiara impulsó el movimiento Ni Una Menos en Argentina, que busca poner fin a la violencia de género y los femicidios en el país. El movimiento logró forzar al Estado a mejorar los mecanismos de prevención y ayuda, y a difundir estadísticas sobre la violencia de género.
El caso de Chiara Páez sigue siendo una trágica muestra de la violencia de género y el feminicidio en Argentina y en todo el mundo. La lucha por justicia y la prevención de la violencia de género continúa siendo una prioridad urgente.,