
Nairo Quintana, el reconocido ciclista colombiano, encabezó el Nairo Fest en Boyacá durante el fin de semana de San Pedro y San Pablo, una celebración que fue más que un evento deportivo. Fue una ocasión de unión familiar, salud comunitaria y alegría ilimitada. El ciclista demostró ser hábil no solo en el deporte, sino también en promover el bienestar y llamar la atención sobre las necesidades del departamento, que ha sido abandonado a pesar de su rico patrimonio histórico.
El recorrido del festival atravesó varias ciudades y poblados como Duitama, Nobsa, Santa Rosa de Viterbo, Belén, Paz de Río, Tasco, Corrales, Busbanzá, Floresta, Sogamoso, y el Pantano de Vargas, destacando lugares a menudo olvidados por el resto del país. El ciclismo tiene el poder de crear cohesión social, orgullo colectivo y un sentido de pertenencia, y el Nairo Fest no fue una excepción.
El éxito del ciclista también lo ha llevado a la autorrealización, un término definido por el psicólogo Abraham Maslow como el florecimiento personal y la tendencia a servir, retribuir y inspirar a los demás. Nairo Quintana se destaca en este grupo gracias a su constante ejemplo y dedicación.
El certamen también fue una oportunidad para recordar a los ciclistas pioneros de Boyacá, tales como Roberto Pajarito Buitrago, Rafael Antonio Niño, Miguel Ángel López, Fabio Parra, Miguel Samacá, Serafín Bernal, Plinio Casas, Rafael Acevedo, Humberto Parra, Oliverio Rincón, José Patrocinio Jiménez, Édgar Condorito Corredor, Alberto Toro Camargo, Iván Sosa, Mario Rojas, Ángel Yesid Camargo, Lino Casas, Juan Sebastián Molano, Mauricio Soler, Cayetano Sarmiento, Félix Cárdenas, Gregorio Ladino, Ismael Sarmiento, José Castelblanco y muchos más, recordando que Boyacá es la cuna de campeones en el ciclismo.
Es importante conocer el costo de la participación de entidades públicas como la Gobernación de Boyacá y la Alcaldía de Paipa en el festival, ya que la organización de eventos como este requiere logística, inversión y transparencia. No puede haber discrepancias en el uso de fondos públicos, especialmente cuando se comparan con las demoras en la construcción de escuelas rurales, puestos de salud y acueductos.
Afortunadamente, el festival también trajo noticias positivas, como la donación del libro de Nairo Quintana y su confirmación de que no se ha retirado del ciclismo. Además, es importante reconocer su propuesta de impulsar una ley para incentivar el uso de la bicicleta en zonas rurales, lo que puede mejorar la salud y la dignidad de la población joven y adulta en su camino a la escuela o al trabajo.
En medio de la incertidumbre y el ruido político del momento, el pedal volvió a simbolizar el presente y el futuro, y Boyacá demostró una vez más que los caminos más valiosos son los que se recorren con esfuerzo y corazón.,