
El Manchester United concluye una de sus peores temporadas con una derrota por 1-0 ante el Tottenham en la final de la Europa League, un partido que careció de grandes momentos y que difícilmente será recordado. Para los Diablos Rojos, el partido en Bilbao representaba una posibilidad de redención para compensar una temporada decepcionante en la Premier League, donde se ubican en el puesto 16 a falta de una jornada y sin posibilidades de clasificar a la Liga de Campeones.
El United, uno de los clubes más exitosos en la historia del fútbol, se enfrenta ahora a la perspectiva de ver a seis equipos ingleses compitiendo en la Liga de Campeones la próxima temporada, mientras ellos permanecen en el anonimato. A pesar del cambio de entrenador a mitad de temporada, con Ten Hag siendo reemplazado por Amorim, el proyecto del United sigue en crisis y sin una clara dirección.
El United de Amorim cayó derrotado debido a que ninguno de sus jugadores más experimentados estuvo a la altura del encuentro. Casemiro solo pudo asegurar el juego en su zona, Diallo fracasó en su intento por atacar por la banda derecha y Hojlund, Mount y Zirkzee no lograron marcar la diferencia en el partido.
La decepción del United se reflejó en la actuación de su capitán, Bruno Fernandes. Aunque Fernandes había sido el puntal del equipo en las peores etapas de la temporada, en la final de Bilbao no logró liderar a sus compañeros y careció de presencia en el juego del equipo. Fernandes tuvo solo un 68% de acierto en sus pases y falló en la mayoría de sus intentos de centrar el balón al área rival.
El portugués, máximo goleador de la competición con siete goles, desperdició la oportunidad de convertirse en el héroe del Manchester United. En cambio, la historia recordará que en 2025 el Tottenham fue el campeón de Europa, y el United, uno de los clubes más grandes del mundo, no pudo siquiera llegar a la final.,