Un total de 150 individuos han sido ingresados en centros hospitalarios, luego de que se produjeran disturbios durante una concentración multitudinaria. La multitud, que se encontraba manifestándose en las calles para conmemorar la dimisión de la jefa de Gobierno de Bangladesh, terminó irrumpiendo en un hotel cercano.
Es lamentable ver cómo la alegría por un cambio político puede llevar a actos violentos y dañinos para terceros. La renuncia de la primera ministra debió ser celebrada con civismo y respeto, en lugar de perturbar la tranquilidad de un establecimiento hotelero y poner en riesgo la salud de otras personas. Esperemos que, en el futuro, las manifestaciones se desarrollen de manera pacífica y sin afectar a terceros.